domingo, 10 de mayo de 2015

Vacíos

Llovían sonrisas de todos los colores,
formas y sabores.
Las barrimos, porque
nos pareció una ironía:
del cielo cayendo, tanta alegría.

Me gustó una,
y me la guardé.
Para que me alegrara, después,
del amanecer.

Y cada mañana me abraza,
y en el silencio sonrío.
Silencio que me heredó
tu vacío.

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